Skip to content
Descuentos para Colectivos
Envío Gratis 24-48h a Partir de 49€

Cómo volver a nadar siendo principiante: Guía completa para empezar con ganas

Cómo volver a nadar siendo principiante: Guía completa para empezar con ganas
¿Quieres volver a nadar o empezar desde cero? Descubre cómo disfrutar del agua desde el primer día con consejos prácticos, rutina fácil y claves para mejorar técnica, resistencia y motivación. 

Volver a nadar después de un tiempo o empezar desde cero puede parecer abrumador. Tal vez lo dejaste por falta de tiempo, una lesión o simplemente porque perdiste el hábito años atrás. Lo importante es que ahora quieres regresar, y eso ya es un gran primer paso. La natación es un deporte completo, amable con las articulaciones y perfecto para cualquier edad o nivel. Pero como todo nuevo comienzo, requiere paciencia, constancia y, sobre todo, una actitud fuerte y positiva. En este artículo te damos claves para que retomar la natación sea algo progresivo, disfrutable y sin frustraciones. Además, te proponemos una pequeña rutina pensada para quienes buscan empezar sin agobios.

1. Empieza por lo más importante: disfrutar

Lo más importante al volver a nadar es quitarse la presión. No hace falta hacer 40 largos el primer día ni obsesionarse con la técnica perfecta. Lo esencial es recuperar o empezar el gusto por nadar. Es normal que al principio cueste un poco y no hay que enfocarse tanto en hacer muchas repeticiones, como en volver a tener la resistencia necesaria para una disciplina tan completa y a veces, agotadora. Se puede empezar con sesiones cortas, de entre 15 a 25 minutos, y se pueden ampliar poco a poco en el tiempo según cómo te sientas. Al principio, combinar tramos de nado con descansos activos (como flotar o nadar espalda muy suave) te ayudará a ir ganando fondo sin agotarte.

2. Consejos prácticos para empezar bien

  • No nades solo/a si te sientes inseguro. En la piscina, busca una calle tranquila. Si vas a aguas abiertas, hazlo con acompañante o avisa a alguien.
  • Calienta fuera del agua: moviliza brazos, cuello y espalda antes de entrar. Ganarás movilidad y evitarás molestias posteriores, antes de cualquier ejercicio es importante calentar los músculos y articulaciones.
  • Sé amable contigo mismo/a: si te cansas antes de lo esperado o pierdes el ritmo, no pasa nada. Nadie te está cronometrando.
  • Usa material si lo necesitas: una tabla, pullbuoy o aletas cortas pueden ayudarte a enfocarte en el movimiento de piernas, brazos o tú técnica sin cansarte tanto.

3. Mini rutina para principiantes (30 minutos aprox.)

Este es un ejemplo de sesión muy sencilla, pensada para quienes vuelven a nadar tras mucho tiempo o quieren comenzar con este deporte. Esta rutina se puede hacer 2 o 3 veces por semana, ajustando descansos y distancias a tus sensaciones o ritmos.

🔹 Calentamiento (5-10 min)

  • 2 x 25 metros crol suave o estilo libre (descansa lo que necesites).
  • 2 x 25 metros espalda o con tabla, moviendo solo piernas.

🔹 Parte principal (15-20 min)

  • 4 x 25 metros crol centrado en respirar de forma relajada. Intenta alargar la brazada.
  • 2 x 25 metros con tabla (solo piernas), ritmo cómodo.
  • 2 x 25 metros espalda o braza, si te resulta más fácil.

Consejo: Si te cuesta nadar 25 m sin parar al principio, puedes hacer 12,5 m y descansar apoyado/a en la pared o flotando.

🔹 Vuelta a la calma (5 min)

  • 2 x 25 metros muy suaves, sin forzar, respirando tranquilo.
  • Estiramientos suaves al salir: hombros, cuello y piernas.

4. Consejos para nadar mejor y aguantar más

Cuando empiezas a nadar, lo más difícil suele ser aguantar sin fatigarse. Aquí tienes algunos consejos clave para mejorar tu técnica y resistencia:

  • Brazada: Deslízate en el agua en lugar de golpearla. Estira bien el brazo al entrar y mantén el codo alto al sacarlo.
  • Piernas: Patadas cortas y continuas desde la cadera, sin rigidez ni movimientos amplios.
  • Respiración: Exhala por la nariz bajo el agua y gira la cabeza de lado para inhalar, sin levantarla.
  • Resistencia: Empieza con distancias cortas, nada a ritmo suave y haz pausas activas para recuperar.
  • Mentalidad: No te compares, céntrate en la técnica y ve avanzando poco a poco. La constancia es la clave para que nadar sea cada vez más cómodo.

¿Y si no tengo técnica?
No pasa nada. La técnica se va puliendo con el tiempo. Si te animas, puedes hacer algún curso corto de iniciación en tu piscina habitual o ver vídeos básicos para mejorar la brazada y la respiración.

5. Mantén la motivación: pequeños logros, grandes pasos

No necesitas competir con nadie. Cada semana que nades ya es una gran victoria, si te sientes motivado para ponerte objetivos puedes llevar un pequeño diario donde anotes cómo te sientes, cuántos largos hiciste o si probaste algo nuevo. También puedes ponerte retos suaves, como:

  • Nadar 500 metros seguidos antes de fin de mes.
  • Aprender a respirar por ambos lados.
  • Probar un nuevo estilo (como espalda o braza).

Competir de forma sana contigo mismo puede ser una gran fuente de motivación. No se trata de exigirte más de la cuenta, sino de superarte poco a poco. Marcarte pequeños retos —como nadar un largo más que ayer o mejorar tu respiración— te ayuda a mantener el foco, celebrar avances y disfrutar del proceso. Convertir tus progresos en un juego personal hará que cada sesión en el agua sea más gratificante.

Conclusión

Volver a nadar como principiante no requiere grandes proezas, solo ganas, paciencia y continuidad. Con unas sesiones semanales, actitud positiva y metas pequeñas, pronto notarás mejoras en tu fondo físico, tu respiración y tu bienestar general. ¡En nuestra tienda encontrarás todo lo necesario para empezar este reto con buen material!

Back to blog